El Quijote. Capítulo IX. Delicioso capítulo en que el autor usa el recurso del manuscrito encontrado, propio de los libros de caballerías, para justificar la continuación de la historia. Presiento que este apartarse un momento de la acción para dedicarse a las digresiones o a historias paralelas será uno de los grandes hallazgos de este libro. En el presente fragmento el autor nos interpela directamente a nosotros como lectores y nos hace compartir su entusiasmo por la historia del Quijote. Cuando explica el dibujo que ve en el manuscrito está dando al Quijote categoría de auténtico caballero, por si alguien dudaba de ello; le está dando la misma categoría que a los caballeros de los libros.
(Como nota humorística, destacar que si todos a quienes el Quijote ha mandado ir al Toboso a presentarse ante Dulcinea y dar cuenta de su gesta, se presentasen allí, pronto en el Toboso no cabría un alfiler.)
"y como yo soy aficionado a leer; aunque sean los papeles rotos de las calles"
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