Chateaubriand se ha embarcado y ya vuelve a estar en Francia. Empieza el Libro Noveno de sus Memorias de Ultratumba. La verdad es que hace tantos saltos en el tiempo explicando su vida que a veces resulta confuso. Nunca me hubiese pensado que diría eso, pero creo que sería interesante leer una biografía de este hombre que no estuviese escrita por él, para saber los hechos, que responda preguntas que él no responde. Ahora se ha quedado sin las letras de cambio que, por lo que parece, era de donde sacaba el dinero. De donde habían salido estas letras de cambio es una de las preguntas que me hago. Pero hay otras. Su relación con las dos indígenas, por ejemplo. La lectora se pregunta cosas y él no las responde. Lo hace por pudor, porque en aquellos tiempos había cosas de las que no podía escribirse, ¿o es que realmente no hay nada por explicar? Por otra parte, está muy bien el análisis que hace de los Estados Unidos tal y como eran entonces. Estoy segura que si supiese lo que son ahora no se habría sorprendido. De todos modos, aunque no responda todas las preguntas que me hago, el texto es muy interesante y toma inflexiones insospechadas. Explica suficientes cosas como para no poder parar de leer. Me es igual perderme entre sus recuerdos: quiero que continúe explicando.