Tuesday, January 16, 2007

Conjurados sin milagros


Tristán e Isolda. Eilhart von Oberg (páginas 92-97) Tristán se escapa, pero aquí no hay milagros, como pasaba en la otra versión: es desatado y puede nadar; todo se debe a su buena estrella. Algo que no comprendo es como Isolda volverá con el rey después de que este la entregue a los leprosos, esto es una ofensa imperdonable. Ahora, también ha de decirse que, con Tristán libre (y eso ha de saberlo el rey a la fuerza), eso le salva la vida. Quiero decir que si el rey quería matarla de verdad, debía de haberla matado él mismo. Como los guardias, ¿cómo pueden ser tan ingenuos de dejar entrar un hombre desatado en una capilla con ventanas? En realidad, parece que haya una conjura para que Tristán e Isolda se salven, una conjura que, no sé si inconscientemente, capitanea el mismo rey Marc.

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