Tuesday, May 01, 2007

Breve crónica breve

Estoy en casa. Imposible publicar nada. Sé de un lugar donde tienen ordenadores. No tienen word, son tan modernos que usan linux y open office, que no son compatibles. Imposible publicar nada. Pienso en otro lugar. Son las diez de la mañana y no abren hasta la tarde. Imposible publicar nada. Me hablan de un cibercafé... precisamente cuando lo necesito, llueve e Internet no funciona. Imposible publicar nada. Me vuelvo para casa a jugar al tetris... por ahora, jugar al tetris es mi metadona. La verdad es que tal y como sufro por no poder publicar (espero que cuando leáis esto ya se haya solucionado), debería hacérmelo mirar. Simplemente, no puede ser estar tan enganchada a una cosa. A una cosa tan absurda, además, como publicar un blog sobre libros. ¿Debería plantearme seriamente dejar de hacer el blog? Que tengo una personalidad adictiva, siempre lo he sabido, desde que me enganché al solitario del Windows. No podría entrar en un casino. Acabaría jugándomelo todo. Siempre he estado enganchada a alguna cosa u otra: a alguna serie de televisión, a algún programa de radio, a alguna lista de correo, a intercambiar correos-e con alguien... Una adicción ha se ha ido transformando en otra y no ha pasado nada. Cosas que en otro tiempo me absorbían, ahora no me dicen nada. Ahora toca estar enganchada al blog. Demasiando tiempo libre, demasiado tiempo por llenar, demasiado tiempo para aburrirme. Puedo continuar leyendo y escribiendo, guardando los textos en el ordenador. Pero, ay, no es lo mismo. Esa sensación de "publicar" una vez has acabado de escribir y corregir... Se trata de una tontería tan grande... pero no es leer lo que me ha enganchado (leo desde siempre), no es escribir lo que me ha enganchado (escribo desde los catorce), ¡lo que me ha enganchado es publicar! La posibilidad de que alguien lea lo que escribo, aunque realmente no lo lea nadie, porque ya sé que... pero: la posibilidad. ¿Tengo el alma exhibicionista? ¿Tan vacía está mi vida que tenga que engancharme a la posibilidad de tener lectores? Claro y limpio, no puede ser. ¿Quién manda aquí, yo o el bloc? El blog me susurra: "publícame, te sentirás incomparablemente bien". Pues no señor, no me da la gana. Tengo que poder prescindir de ello. Y prescindiré. Si algo engancha de tal forma que no puedes prescindir de ello, es que no es bueno. Debo replanteármelo, eso... Demasiado tiempo libre, ay...






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