Un día, hace ya algún tiempo, oí por la radio una entrevista con la organista Montserrat Torrent. Si la recuerdo con especial afecto (oigo muchas entrevistas, y evidentemente no las recuerdo todas) es porqué escuchándola recordé el verdadero significado de la palabra vocación. Vocación para tocar el órgano, en este caso. Ella tuvo que enfrentarse a su familia para poder tocar el órgano: ellos querían que continuase con el piano, instrumento en el que de tenía el futuro asegurado. Para una persona profana en el mundo de la música, como puedo ser yo, a primera vista cuesta de entender eso, porqué, ¿qué diferencia hay entre un órgano y un piano? ¿Es que no es lo mismo? Pues no, no es lo mismo, y a parte de las consideraciones técnicas y de sonido, un órgano tiene una dimensión espiritual que no tiene un piano, por ejemplo. Y no era sólo el hecho de haberse enfrentado a su familia: era toda la manera en que hablaba de su música y de su instrumento. Muchas veces, cuando dudo de mi futuro en esto de la escritura, pienso en Montserrat Torrent y en que a mi me gustaría tener una vocación para escribir como ella tiene para tocar el órgano. Pero supongo que tú no escoges la vocación, sino que la vocación te escoge a ti. Me gustaría que la escritura me escogiese de la misma manera que a Montserrat Torrent la escogió la música de órgano.
Wednesday, March 21, 2007
Vocación
Un día, hace ya algún tiempo, oí por la radio una entrevista con la organista Montserrat Torrent. Si la recuerdo con especial afecto (oigo muchas entrevistas, y evidentemente no las recuerdo todas) es porqué escuchándola recordé el verdadero significado de la palabra vocación. Vocación para tocar el órgano, en este caso. Ella tuvo que enfrentarse a su familia para poder tocar el órgano: ellos querían que continuase con el piano, instrumento en el que de tenía el futuro asegurado. Para una persona profana en el mundo de la música, como puedo ser yo, a primera vista cuesta de entender eso, porqué, ¿qué diferencia hay entre un órgano y un piano? ¿Es que no es lo mismo? Pues no, no es lo mismo, y a parte de las consideraciones técnicas y de sonido, un órgano tiene una dimensión espiritual que no tiene un piano, por ejemplo. Y no era sólo el hecho de haberse enfrentado a su familia: era toda la manera en que hablaba de su música y de su instrumento. Muchas veces, cuando dudo de mi futuro en esto de la escritura, pienso en Montserrat Torrent y en que a mi me gustaría tener una vocación para escribir como ella tiene para tocar el órgano. Pero supongo que tú no escoges la vocación, sino que la vocación te escoge a ti. Me gustaría que la escritura me escogiese de la misma manera que a Montserrat Torrent la escogió la música de órgano.
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