Sunday, January 14, 2007

La luz interior

La princesa que creia en contes de fades. Marcia Grad. Capítulo IX. La guía para vivir feliz para siempre jamás. Este capítulo, cuando el príncipe le dice que ella no le soporta, me ha hecho pensar en la verdad. La verdad de las relaciones humanas. En el hecho de estar bien con alguien. Eres amigo de alguien, y de repente deja de ser amigo tuyo, y no comprendes qué ha pasado, qué has hecho mal. Pero entonces, pensando con más sinceridad, te das cuenta que en el fondo no te lo pasabas tan bien con aquella persona como pretendías, que ibas con ella para no estar sola, por el hecho de no tener a nadie o por alguna otra razón que no era que te lo pasaras bien con ella. Y te das cuenta que por eso esa persona ha dejado de ser amiga tuya, que ha hecho lo que tu no te atrevías a hacer por miedo de no quedarte sola: ha puesto fin a la mentira. Si sois personas sociables, que en seguida os lo pasáis bien con los demás, supongo que no entenderéis esto. Pero si sois personas a quien os cuesta conectar con la gente, supongo que lo entenderéis perfectamente. La amistad (y no digamos el amor) ha de ser algo más que la posibilidad de tener a alguien para no estar solo. Tiene que haber una verdadera afinidad. Y eso es muy difícil, sobretodo si sois personas encerradas en vosotros mismos y que vivís en vuestro mundo.
Hay una peli de Meg Ryan que se llama Frech Kiss, donde la protagonista recorre muchos kilómetros para recuperar a su prometido, que se ha ido con otra. En el trayecto, conoce a otro hombre... Vuelve a encontrar a su prometido, y este le dice: "Alguien ha encendido una luz en tu interior. ¿Por qué no la encendí yo?" Y Meg Ryan le quería, a este chico, pero evidentemente acaba con el otro, con el que ha encendido la luz en su interior.
Las relaciones que tenemos no siempre encienden luces en nuestro interior, pero no por eso dejamos de tenerlas. Resulta duro estar solo. Y claro, entonces las cosas no funcionan y no nos hemos de extrañar si nuestros amigos nos abandonan. Quizá no somos concientes de ello, pero si alguien no nos enciende la luz lo notamos, y la otra persona, aunque sea inconscientemente, también lo nota.
A la princesa del libro le pasa algo semejante: hace tiempo que ya no está bien con el príncipe, pero se empeña a continuar pegada a él, quizá recordando la época en al que él encendía esa luz en su interior. Parece que eso de que en realidad no soporta al príncipe, se ha dado cuenta primero él que ella. A ver cómo van las cosas a partir de ahora.

No comments: