John Irving decía en una de sus novelas que es más fácil cocinar que escribir, porque en la cocina, por poco que uses buenos ingredientes, siempre sale algo bueno. Ayer oía en la radio que hablaban de sopas. Yo no sé hacer una sopa. De repente me apeteció comprarme algún libro (¿Sopas del mundo?), para intentar hacer alguna; ahora que viene el invierno, parece que viene bien una sopa. Pero, como pasa con tantas otras cosas, no creo que cocinar se aprenda en los libros. Supongo que todo, cocinar y escribir, tiene su dificultad, por más que cocinar pueda parecer mucho más útil y nutritivo, de una utilidad inmediata y de una nutrición palpable. La utilidad de la escritura es mucho más etérea, y que lo que se escribe pueda ser nutritivo... supongo que habría mucho a discutir. La cocina de la escritura es también una complicada alquimia que requiere los ingredientes adecuados y los comensales debidamente hambrientos y listos para saborear el plato. Por suerte, cocinar y escribir no son cosas incompatibles. Y siempre se está a tiempo de hacerse una sopa, ahora que viene el invierno; mucho más difícil será escribir un texto que nos reconforte como una sopa caliente.
Saturday, December 09, 2006
Sopita
John Irving decía en una de sus novelas que es más fácil cocinar que escribir, porque en la cocina, por poco que uses buenos ingredientes, siempre sale algo bueno. Ayer oía en la radio que hablaban de sopas. Yo no sé hacer una sopa. De repente me apeteció comprarme algún libro (¿Sopas del mundo?), para intentar hacer alguna; ahora que viene el invierno, parece que viene bien una sopa. Pero, como pasa con tantas otras cosas, no creo que cocinar se aprenda en los libros. Supongo que todo, cocinar y escribir, tiene su dificultad, por más que cocinar pueda parecer mucho más útil y nutritivo, de una utilidad inmediata y de una nutrición palpable. La utilidad de la escritura es mucho más etérea, y que lo que se escribe pueda ser nutritivo... supongo que habría mucho a discutir. La cocina de la escritura es también una complicada alquimia que requiere los ingredientes adecuados y los comensales debidamente hambrientos y listos para saborear el plato. Por suerte, cocinar y escribir no son cosas incompatibles. Y siempre se está a tiempo de hacerse una sopa, ahora que viene el invierno; mucho más difícil será escribir un texto que nos reconforte como una sopa caliente.
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