Wednesday, July 05, 2006

El atractivo de Ferrante Palla


La Cartuja de Parma. Cuando Gina escribe a Fabricio que ha conocido a un ladrón "ágil y listo como tu", debería haber sospechado. Que alguien sea como Fabricio, para Gina ¡es mucho! Al principio, este Ferrante Palla, medico, salteador de caminos y poeta, sólo le mira la manos ¡y como! Pero poco a poco va atreviéndose a más... Y Gina, en uno de sus arrebatos, ya planifica un asesinato, tal y como dijo el padre Blanès que haría. En palabras de Gina "este hombre me ha comprendido", refiriéndose a Ferrante. La ha comprendido tal y como le hubiese gustado que hiciera Fabricio. Si Stendhal no lo dice más explícitamente yo tampoco lo haré. Pero aquí hay gato encerrado... y quien no se conforma es porque no quiere... Me gusta la divisa del conde Pietranera, que no volvía a pensar una decisión que ya hubiera tomado: "Por qué tengo que pensar que estoy más lúcido ahora que cuando me decidí?", se decía. Y Gina hace lo mismo. ¡De eso se dice darse la posibilidad de aprender de los propios errores!
Gina no se fía de Clelia y intoxica a su padre, el carcelero Fabio Conti. Eso hace que Clelia esté a punto de dejar de ayudar a Fabricio. A consecuencia de eso ha prometido que se casará con quien su padre quiera, para expiar el pecado de ayudar a huir a uno de sus presos. Poco a poco, Stendhal va uniendo los hilos.
Fabrici ya tiene las cuerdas, y por más que pienso en ello, no recuerdo este trozo. Sé que sale de la cárcel pero no recuerdo como. ¿Será gracias a las cuerdas? Si es así, ¡qué temeridad! Y qué valiente.

1 comment:

JuanRodriguez said...

Sospechar .... una virtud !!!