Sunday, February 26, 2006

Paseando


Acabo de leer "El paseo" de Robert Walser. Tristeza y alegría de vivir se conjugan a partes iguales en esta obra que raya el absurdo, pero que no podría ser más auténtica. Walser tiene un gran dominio del lenguaje que le permite la más fina de todas las ironías. Es divertido. Y a la vez serio. En el simple acto de pasear se resume toda una vida. Recuerdo otros paseos, de Peter Handke, a "La tarde de un escritor", o de Calvino a "La nube de smog". El paseo siempre ha sido excusa para hacer buena literatura. Entran ganas de salir a caminar, a vivir. A relacionarse con la vida y el mundo. Y, a la vez, de no dejar de leer.