Sunday, January 29, 2006

Fouché

Hace días que estoy leíendo este libro de Stefan Zweig. Fouché fue un personaje que vivió la época de la Revolución Francesa. Era un capullo. Pero, y esto es mérito del escritor, queremos, como lectores, que las cosas le salgan bien. Zweig no para de decir que su mujer era "fea", muy "fea". Yo me preguntaba, ¿por qué lo recalca tanto? ¿Meterse con los feos no es una falta de sensibilidad impropia de un autor hipersensible como Zweig? Pues sí, es impropio de él. ¿Por qué lo hace entonces? ¡Para que Fouché nos llegue al corazón! Era un capullo, ya lo he dicho, arribista y rastrero (era político), pero recalcando como de "fea" era su esposa, y como la quería, Zweig hace que este capullo nos parezca más humano, nos llegue al corazón. ¡No sabe nada ni nada este escritor!
Después de una época convulsa en que todo le salía bien y en que acumuló un gran poder, ahora estoy en la etapa en que Fouché se dedica a cebar cerdos y a otras actividades no tant limpias. Estoy impaciente por fer como se rehace y vuelve a conseguir poder. Zweig aprovecha para escribir un párrafo sobre las virtudes del fracaso y de las épocas de "oscuridad" y soledad para forjar el carácter de los grandes hombres que no os podeis perder.
Como podeis entender, este libro ya hace días que ha explotado, y la narración de las primeras "gestas" de Fouché ha sido apasionante. Seguro que la continuación también lo será.
¡Continuaré leíendo!