Monday, May 07, 2007

Castillos en el aire


El Quijote. Cervantes. Capítulo XXI. Hete aquí una aventura que le sale bien al Quijote: se gana el famoso "yelmo de mambrino", que él cree de oro, y que en realidad es una palangana de barbero, y es de latón. Pero, como siempre, lo importante es la conversación. En sus fantasías, en sus castillos en el aire, El Quijote y Sancho ya se ven ya rey y conde respectivamente. Me hace gracia que el Quijote espera obtener el reino luchando, pero también casándose con la infanta, la hija del rey. Donde queda Dulcinea aquí? Se le ha borrado completamente de la mente, cuando en el mismo capítulo loaba su belleza incomparable. Sancho que ya está casado, ya paladea casarse con una de las damas de la infanta. ¡Hombres! Supongo que soñar es gratis. En este destino que sueñan El Quijote y Sancho, Cervantes parodia los lugares comunes de los libros de caballerías, y recrea el esquema de Tirant lo Blanc, como nos hacen notar las notas.

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