Monday, March 19, 2007

Propaganda


La princesa que creia en contes de fades (La princesa que creía en cuentos de hadas) Marcia Grad. Últimos capítulos. Victoria se mira al espejo y se promete a si misma que se amará y respetará siempre (*), con príncipe o sin él. Pero la historia no acaba aquí: la cosa acaba con una invitación de la autora a leer El cavaller de l'armadura rovellada (El caballero de la armadura oxidada), que publica su misma editorial. Y yo me pregunto: ¿por qué hace falta leer otro libro? ¿No tendríamos que haber encontrado la respuesta leyendo este, ya? Veo que esta Marcia Grad es algo más que a la autora de un libro de autoayuda más o menos inspirado: es también una astuta mujer de negocios que procura vender su producto. Da la casualidad que ya lo he leído, El caballero de la armadura oxidada, y por lo que recuerdo la alegoría de la búsqueda de la verdad que ofrece es mejor que la del libro que acabo de leer. Sobretodo, el otro libro es una buena alegoría, pero no predica, por lo que yo recuerdo, cosa que este sí hace, ahora al final; no recuerdo tantas palabras vacías. Pero ambos libros están cortados por el mismo patrón: leído uno, leídos todos.
Está bien buscar la verdad (y aún está mejor si con eso alguien hace negocio), pero un lector también ha de saber cuando ha de dejar de buscar y empezar a disfrutar; un lector ha de saber cuando el camino que recorre se ha agotado.

(*) Se me ocurre que es curioso que cuando alguien se casa le hagan prometer que "amará y respetará" al otro. Jamás lo había pensado, pero, ¿por qué ambas cosas? ¿Por qué con "amar" no es suficiente? ¿No resulta implícito que si amas de verdad a alguien le respetas? Parece que no. Esta frase es una prueba más de la calaña de los humanos, capaces de amar sin respectar.

No comments: