Sunday, February 04, 2007

Inmortalidad


Memorias de Ultratumba. Chateaubriand. He leído el Libro XVI. Muy emocionante. Explica el episodio que acabó, porqué él quiso, con su carrera política a las órdenes de Napoleón. El episodio histórico está muy bien explicado, pero se ve una gran nostalgia del antiguo régimen, de la superioridad de los nobles a costa del pueblo, que la revolución, con todos sus errores, corrigió. Pero no es extraño: los nobles eran los "suyos". Nadie puede leerse eso sin darle la razón, y en cambio... Y es para no perderse el retrato que hace de Napoleón, de la persona, y del emperador. Creo que, a tenor de las conclusiones, Chateaubriand era un gran estadista, pero un poco ingenuo para ser hombre de estado: eso del gobierno es un trabajo sucio, y él no lo ve.
¿Qué conclusión saco de esto? Que, doscientos años después, poco importa quien tuvo razón. Chateaubriand hizo lo que creyó justo, y lo explicó a su manera. Escogió su camino. Napoleó también escogió su camino. Ambos fueron hombres extraordinarios, y se hicieron inmortales, aunque de un modo completamente diferente. Pueden tratarse como iguales, pero yo admiro mucho más a Chateaubriand, que lo consigue sin derramar sangre, sólo escribiendo.
Y algo que casi me pasa por alto: la imagen que da Chateaubriand de Napoleón no diverge en absoluto de la que nos daba Stefan Zweig en Fouché. ( Y Zweig no lo había conocido, a Napoleón, pero sin duda había leído mucho sobre el tema.)

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