Thursday, November 16, 2006

Orígenes de la novela


"Como punto de partida hace falta tener en cuenta que las primeras narraciones en lengua románica están escritas en verso, y son traducciones de obras latinas. Por ejemplo, el Roman d'Eneas, el Roman de Troie, etc.
Las primeras novelas en lengua románica aparecen en la segunda mitad del siglo XII de la mano de un escritor genial: Chrétien de Troyes, sin olvidar la tarea literaria de María de Francia.
Chrétien de Troyes escribía, pero, en verso, en frases rimadas, y sus obras seguían una estructura similar: siempre hay una "requeste", la búsqueda por parte de un caballero errante (en busca de aventuras) de una dama (que ha sido raptada por un ser de otro mundo) o de un objeto desaparecido y de gran valor. El caballero, valiente y leal, ha de superar una serie de aventuras para irse perfeccionando y depurando como caballero, y al final, puede conseguir el éxito en su empresa. Las aventuras son de cariz guerrero, pero en medio siempre se mezcla una trama amorosa.
Con el paso del tiempo, en el siglo XIII, aparece la prosa. Las novelas son ya más largas y complicadas y se crean los ciclos novelísticos. Hace falta tener en cuenta que la aparición de la prosa es posible gracias a la aparición de un nuevo invento: el papel. Antes, los copistas y los escritores usaban tablillas de cera para escribir (o pergamino, que era muy caro) Estas tabletas no eran fáciles de transportar y obligaban a escribir una historia relativamente corta. Con la aparición del papel, en cambio, un escritor puede volver atrás con facilidad para repasar lo que ha escrito. Puede, por tanto, complicar y alargar la trama tanto como desee.
Chrétien de Troyes es un escritor del Norte de Francia que elaboró su obra entre 1160 y 1190. En sus novelas crea el prototipo literario de caballero errante: Erec, Yvain, Lancelot, Perceval, Gauvain son algunos de estos caballeros que conseguirán una gran fama en siglos posteriores. Chrétien de Troyes, pero, no crea de la nada, sino que se inspira en materiales existentes a los cuales da nueva forma. Se inspira en relatos y cuentos folklóricos de tradición celta que constituyen lo que ha sido dado en llamarse materia de Bretaña.
Las obras de Chrétien de Troyes y de sus imitadores y continuadores están llenas de historias de bosques salvajes y inhóspitos, habitados por personajes contrahechos, misteriosos, malvados, por extraordinarias bestias blancas que, de golpe, toman rostro humano, por naves que navegan sin remos ni remeros, por castillos ocultos tras espesos muros de niebla, que aparecen y desaparecen a los ojos de los caballeros, por extraños inventos que descargan tormentas incontrolables o provocan lluvias artificiales de lanzas y de flechas, que el intrépido caballero errante ha de esquivar. Es decir, por todos los ingredientes que tienen los libros de caballerías y que las novelas caballerescas del siglo XV rechazaran.
Chrétien de Troyes escribió obras como Cligés, Erec, El caballero del león, El caballero de la carreta o El cuento del Graal.
María de Francia es contemporánea de Chrétien de Troyes. Escribió doce breves composiciones en verso (posiblemente antes de 1183), de delicado tono cortés y de ambiente fantástico y maravilloso. En ellas cuenta las anécdotas (aventuras) que suscitaron el nacimiento de unas canciones muy conocidas en su tiempo, compuestas mayoritariamente por los bretones y que se conocían con el nombre de "lais". Ella no se consideraba autora de los "lais", sino de los cuentos que narraban la aventura. Pero el público pronto dio el nombre de "lais" a las obras de María de Francia, que se conocen con este nombre.
De entre los lais de María de Francia se podrían destacar Chevrefoil (Madreselva), que narra una anécdota de los amores de Tristán e Isolda, Laustic (Ruiseñor) o el del caballero Lanval.
Constituyen la materia de Bretaña las narraciones en verso del siglo XII protagonizadas por un caballero errante y ambientadas o bien en la Gran Bretaña o en la llamada Pequeña Bretaña, que hoy en día es la Bretaña francesa.
Forman parte de lo que se conoce como "ciclo artúrico", ya que las aventuras caballerescas y amorosas tienen lugar en la corte del mítico rey Artús. Se llaman también "romans courtois", es decir, novelas corteses.
Una de las historias que tuvo más éxito es el Roman de Tristán e Isolda. El Romance de Tristán e Isolda es una narración en verso, escrita en el siglo XII, que narra una sublime y trágica historia de amor protagonizada por Tristán, el sobrino el rey Marco de Cornualles, y por Isolda, la futura esposa del rey.
El rey ordena a su sobrino que tome una barca para ir a buscar a Isolda a sus tierras. Él obedece, y cuando ambos se encuentran en alta mar, casualmente beben un filtro que los enamorará perdidamente el uno del otro. Aquí empiezan sus desventuras para poder esconderse del rey Marco...
Hacia el 1225 se redactó una extensa compilación en prosa francesa que se llama Sant-Graal, Lancelot-Graal o Vulgata. Son novelas largas basada en las obras de Chrétien de Troyes que exalten el ideal caballeresco y que tienen un sentido cristiano. Fueron divulgadísimas, hasta el punto que todos los caballeros del siglo XV las conocían o las habían leído."






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